El Shou Sugi Ban es una antigua técnica japonesa de revestimiento que tiene la cualidad de conservar la madera mediante la aplicación de fuego. Su nombre, en japonés, significa “tabla de cedro quemada”, ya que ésta era la madera que se solía utilizar tradicionalmente para esta técnica.
El método era utilizado por carpinteros japoneses que buscaban obtener un acabado artístico y original que además mejorara la durabilidad de sus creaciones. Hoy, esta técnica se ha redescubierto y es utilizada para preservar la madera, pero resaltando una de sus cualidades: la de no utilizar conservantes o pinturas químicas. Además, permite reducir costos y tiempos de construcción porque la madera no necesita ser pintada después.
Durante el proceso, la madera se carboniza, se enfría, se limpia y se le realiza, por último, un terminado con aceite natural. Se utiliza en espacios exteriores e interiores, y puede aplicarse también en muebles. Según el tiempo de exposición a la llama y el modo de cepillarla, se pueden lograr distintos tonos y acabados.
¿Por qué la madera se vuelve más resistente con esta técnica?
La capa de carbón que se genera con el fuego protege la madera de los daños que podría provocar la intemperie, haciendo que su aspecto no se modifique y que pueda durar de 80 a 100 años sin mantenimiento. Además, logra un acabado muy particular, que utilizan arquitectos y diseñadores de todo el mundo, ya que es una garantía de durabilidad e integridad estructural.
El carbón, además, cuida la estructura de insectos y plagas.